El pasado 8 de Julio, la Agrupación Socialista de Washington convocó, en la biblioteca pública del barrio latino de Mount Pleasant, un debate sobre las propuestas de paz en Oriente Medio.
Gaith al-Omari de American Task Force on Palestine y Steven Krubiner del movimiento J Street y Ricard González, periodista especialista en la política estadounidense en Oriente Medio, abogaron por la opción de los dos estados.
“La solución para Oriente Medio ya existe” coincidieron los tres ponentes. “Es una cuestión de voluntad política.”
El público se quedó sorprendido por la sinergia existente entre los ponentes, lejos de los mediatizados extremismos a los que estamos acostumbrados.
Los tres expertos concordaron en la necesidad de una solución regional que involucre a los distintos actores y de una mediación liderada por Estados Unidos, con el apoyo de la Unión Europea.
El proceso de paz en la región ha perdido credibilidad. Pero la esperanza se entrevé en el pragmatismo del Presidente Obama, junto con la Presidencia Española del Consejo Europeo a inicios del 2010.
Para Ricard González, la paz es actualmente un escenario posible, pero difícil de alcanzar. Para lograrlo, los actores de la región no sólo deberán encontrar su propia salida al laberinto que siempre ha sido –y sigue siendo– el conflicto de Oriente Medio sino, además, acceder a ella al mismo tiempo que los demás.
Al-Omari espera que Moratinos se involucre en el proceso, tras su experiencia como enviado especial de la Unión Europea para Oriente Medio en los años noventa: “Es de los pocos europeos que entienden a Oriente Medio.” También se resaltó la relación especial del Rey Juan Carlos con la familia Assad de Siria.
Por su lado, Steven Krubiner, recordó el papel de Estados Unidos. “Una minoría muy pequeña de los judíos americanos conservadores definen lo que es ser Pro Israelí en EEEUU. Pero el consenso entre judíos americanos es mucho mayor de lo que parece. Un 78% de los judíos americanos votaron por Obama y J st tiene ya a 110 000 miembros” dijo Krubiner.
El aforo se llenó con unas 50 personas. El intercambio de ideas progresista, pacífico y optimista siguió en varios idiomas en el Marx Bar hasta la medianoche.
Aportación de Milli Legrain
